Viaje en Suzuki Van Van sin retorno

Todo comienza igual que otros viajes que he ido a visitar a mi madre, en la aldea de el Carmen,
esta vez con menos equipación y dispuesto ha coger algunas carreteras de curvas, algunos caminos cerca del río y pillar algún aspersor por en medio del campo y disfrutar como un niño, jeje
Tenemos una comida con un familiar al que no veía desde hacía mucho tiempo, por lo que decido parar en Tarazona de la Mancha para comprar algún vino de la cooperativa, pero antes hago una parada en la gasolinera dé la entrada del pueblo para repostar y bajar la presión de las ruedas:

-lleno? Pregunta el encargado de la estación

-lleno por favor, le entrarán 5-6 litros solamente

-esta moto está muy bien, es baja, grandes ruedas y se puede meter por el campo, llega a los 90 km/h me pregunta
-le confirmo que sí pero hay en ciertas ocasiones que no, y que depende mucho del desnivel y otros factores 
-para ir tranquilo, la verdad me gusta mucho la moto me confirma

Me despido del amable gasolinero dirigiéndome a la máquina de aire para bajar la presión y poder ganar algo más de suspensión para el campo.

Una vez en la plaza de la Mancha de Tarazona, apago la moto y me siento el centro de atracción cuando:

-como va esta moto? yo tengo una Mobylette pero arranca a pedal, es para ir tranquilo sabes? me dice un lugareño

-no hay que correr con las motos, le digo

-esta muy bien mi moto, quieres verla, me pregunta

-no, en otra ocasión, tengo una comida familiar y tengo que seguir camino.

Se despide de mi deseándome buen viaje, mientras me dirijo a la confitería nº 12 de la misma plaza, me atiende una señora muy dispuesta y muy elegante, su atuendo es de una confitera pero de época, los muebles son antiguos con un estilo muy refinado y con cierta clase, hay botellas de licores por todo el local y es cuando le pregunto si tienen vino de la zona, la señora me responde que solo son de decoración y que puedo preguntar en el restaurante de la esquina para ver si me pueden vender alguna botella de la cooperativa del pueblo, acabo .diciendole que busco vino por la facilidad del transporte en la moto y es cuando la señora me ofrece unos bizcochos "borrachos" típicos de la zona, casi sin darme cuenta me prepara 11 unidades dentro de una caja plana de plástico de golosinas, la cierra herméticamente y la rodea con cuerda de color azul como buena pastelera, 8€ me indica la señora! joder con los bizcochos me digo para mis adentros, pero sin rechistar se los entrego a la señora y muy agradecido además.

Descanso en uno de los bancos de la plaza para comerme un plátano que tengo en mi mochila y disfrutar un poco más de esta plaza, está preciosa como siempre, pero en esta ocasión hay 3 carteles gigantes en cada esquina de la plaza con publicidad de las elecciones próximas, y eso que se acordó en no gastar dinero en esta campaña, en fin....


 

Después de colocar todo en mi mochila continúo mi viaje no sin antes parar en las afueras para ver el río Valdemembra, continúo por la carretera dirección la Roda, a escaso 16 km me desvío dirección Fuensanta, el pueblo natal de mi madre, donde paro para hacer una foto con el fondo de Villa Manolita tras mi moto.

Villa Manolita es un palacete de estilo modernista de principios del siglo XX, ahora es un albergue rural con mucho estilo, en alguna ocasión he comido en sus instalaciones y merece la pena hacerlo y perderse por este bonito lugar tan cercano de Albacete.

Paro un momento para tomarme una cerveza en su paseo de chiringuitos para descansar un poco, frente a mi una pareja de holandeses con sus bicicletas de cicloturismo descansando a su lado, la mujer revisa un mapa junto a un pequeño manual, mientras toman un café con leche, en todo el paseo solo están ocupadas apenas cuatro mesas de las cerca de 100 que debe haber, un euro por una caña y una tapita y continuo el viaje pero antes parando para hacer una foto del arco árabe.




Arco árabe en Fuensanta

Tras 6 kilómetros más o menos ya he llegado a mi destino y a los 15 minutos lo hacen mi mujer y mi niña que han hecho el trayecto desde Albacete en su coche.

Para hacer un poco de apetito, nos ponemos manos a la obra con un cerezo,  el que tiene su fruto rebosante por los lados, cogemos en unos 20 minutos un gran cesto, estas cerezas podemos comerlas directamente ya que no tiene ningún tipo de pesticida.

Ya estando en la mesa, la comida son gazpachos con pollo de corral, el vino es ecológico de la zona, sin ningún tipo de química, tal y como lo elaboraban antaño en las tinajas que todas las casas de la zona estaban provistas de ellas.



Tinajas típicas de las casas donde elaboraban su propio vino.

Los gazpachos están muy buenos, y es un mérito que su cocinera de Ucrania, los haga mucho mejor que muchos cocineros de la zona.

Después seguimos con el dulce típico que he portado por el camino en mi mochila y que ha tenido mucho éxito la verdad.

Tras nuestra comilona, acompaño a mi familiar para 
ayudar a un amigo suyo, nos trasladamos a la Roda, en concreto a las instalaciones del festival de los sentidos, donde todos los conciertos han finalizado y ahora empiezan a desmontar todos los stands, que pertenecen a bares de la zona, todos están en los laterales y el escenario está en el centro, nada mas llegar nos ponen 2 copas de gin-tonic que caen casi sin sentir por el calor que hace, después 2 cañas de barril recién echadas bien fresquitas, es cuando empiezo a sentir que mi pequeña cabalgadura se va a tener que quedar en la aldea.
La misión es cargar con la freidora, horno y las neveras que se han utilizado en el evento por un importante empresario de la zona, en menudos "fregaos" me meto, pero en fin...hubiese preferido ver la noche anterior al grupo la Habitación Roja, pero en fin, así es la vida.
Después de cargar gran parte del primer porte que vamos nos dirigimos al local céntrico, que este empresario tiene y descargamos todos los aparatos para cocinar, volvemos a las instalaciones del festival para coger un frigorífico que contenía un dulce típico de la zona y que se debe mantener en frío, en este caso está apagado y no contiene ninguno, pues lo han vendido todo, con este porte nos vamos del pueblo y nos dirigimos a recoger a nuestra familia que está en un chalet con piscina del que es propietario el empresario de la zona y que mi familiar le realiza trabajos en el campo.

Pero aquí no acaba todo! Ahora cogemos camino hacia su casa otra vez, donde dejamos el coche y cogemos camino hacia un lugar llamada la Heredad del Pastor, nos dirigimos al lugar subidos en la parte trasera de la furgoneta sobre la nevera que hemos recogido y además entra gran parte del polvo que levanta el vehículo en el camino, muy entretenido la verdad.......

Una vez en la finca que yo recordaba cuando era pequeño y que además vivía una sirvienta muy conocida en la zona, nuestro siguiente trabajo es de deshollinadores, con una guía de tramos con un cepillo en el estreno nos ponemos manos a la obra en el interior de la casa, es de uno de los señoritos de la finca, tras terminar con ella y habiendo sacado una espuerta de hollín, nos dirigimos hacia otra habitación para continuar con otra chimenea, mientras tanto, la familia está visitando las instalaciones, entre otras cosas la piscina de la familia, que es prácticamente olímpica.
Pero la faena sigue, bajamos hacía unos sótanos un generador para llenar de aire a presión un depósito, no se el por qué la verdad.

Tras nuestra despedida cogemos camino hacia una plantación de dormideras que la finca posee, para en sus inmediaciones, cambiar unos filtros de una depuradora de agua de riego, no hay mejor manera de pasar un Domingo que inflarte a trabajar.

Una vez terminada esta faena por fin hemos terminado, ahora son las 21:00 y lo único que deseo es volver a casa pero antes de coger camino hacia la casa donde tenemos el coche, hacemos una parada en el palacio de los Gosalvez, que en otro artículo he hablado un poco de ella, de su interior salen 3 personas, una de ellas con un inmenso parasol de fotografía, una vez en su interior seguimos con sus historias que antaño nos hicieron sentir tan bien, cada momento que he visitado este lugar es mágico y ahora está anocheciendo 


Antiguamente nuestro antepasados que veían los ocasos muy rojos, creían que se avecinaban malos presagios y derramamientos de sangre, pero hoy en día un atardecer tan bonito puede desnudar el corazón de un poeta.

Nos vamos camino de vuelta dejando mi Suzuki Van Van en el garaje de una casa de la aldea, en otro momento volveré a por ella y continuaré con mi viaje de vuelta.


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